delante de aquel varón



"Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón." (Nehemías 1,11)

Sorprende Señor el poco protagonismo que le da tu Palabra a los personajes importantes de la historia como éste rey del gran imperio Persa. Aún los asnos son mencionados hasta doce veces más a menudo que "aquel varón", como lo llama Nehemías en su oración, que tanto bien hizo a tu pueblo por tu voluntad. ¡Qué diferente trato le das tú a la gente importante!, ¡y qué diferente también tu trato al que a menudo se le da a la gente importante en nuestras iglesias!. No le ocurría así a Nehemías que sabía que Artajerjes no era más que una criatura bajo tu dominio, débil en su gobierno y con temor hasta de los que servían en su corte. Nehemías tuvo una idea y trazó un plan. El objetivo de Nehemías era "reverenciar tu nombre" y por eso sabía que podía tener éxito en su petición. Sabía seguramente aquello que enseñó muchos siglos después el apóstol con las palabras de "pedís y no recibís, porque pedís para >gastar en vuestros deleites". Por eso seguramente se atrevió a pedírtelo y confió que podía lograrlo. Señor ¿cuánto de lo que te pedimos lo hacemos con esa conciencia?, ¿con el deseo de reverenciarte?, ¿con la seguridad de que todo está realmente sometido a tí?. Permítenos aprender de la oración que te hizo Nehemías. Señor el rey Artajerjes murió, la tumba que se le atribuye es anónima y de su palacio sólo se conserban los cimientos. Con el tiempo desaparecerían bajo el polvo sus hijos, también todo el imperio Persa y hasta la gran Babilonia, y sin embargo tu Palabra, que es de vida eterna, Padre, permanece para siempre. Permítenos estar cerca de tí a nosotros, también criaturas débiles, de forma que podamos reverenciar tu nombre y no perecer junto a toda la gloria de este mundo que nos rodea. Amen.

Comentarios

Entradas populares de este blog

buscar lo sublime

Deseos

Marcos 4, 35-41