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Mostrando entradas de junio, 2008

podemos colgarlos de la pared como adornos

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"Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por alguos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos" (Nehemías 1, 4) ¿Cómo puedo explicar Señor a alguien que no cree en ti el significado del nombre Joel?. ¿"Jehová es Dios"?. ¿No entenderá acaso "Jehová es un dios"?, ¿y no es eso una redundancia como decir "lo circular es redondo"?. Hay tantos dioses que uno más no puede ser más que eso ¿no?, "uno más". Yo sé que tú, sin embargo, para tus hijos has sido el ÚNICO, el de verdad, el de los cielos como decía Nehemías. "Oré delante del Dios de los cielos". Los demás dioses están aquí con nosotros, están hechos a nuestra medida, los hemos creado nosotros, podemos colgarlos de la pared como adornos y hacerlos conservar en museos durante miles de años. Ayudan social y neurológicamente pero no pueden abrir el mar para que pasemos, ni salvar nuestro espíritu del polvo que cubrirá nuestros cuerpos para siempre. Por eso

abiertos tus ojos para oir

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"Abiertos tus ojos para oir" (Nehemías 1,5-11) Señor me acuerdo cuando Nehemías clamó a tí desde el exilio. Me acuerdo que no lo hizo con rencor, como podrían haberlo hecho muchos en aquella lamentable situación y creo que aun hoy lo seguimos haciendo a menudo en nuestras particulares tribulaciones, sino pidiéndote perdón. Permíteme a mi también acercarme a tí hoy con esa actitud en la que tú ocupas el lugar de Salvador y yo de salvado. Permíteme disfrutar de tus promesas tal y como tú lo has planeado Padre, en el nombre de tu amado hijo Jesús: "Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos; esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. En

introducción

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"A ti, oh Jehová, levantaré mi alma" (Salmo 25,1) Señor me gustaría bautizar este blog recordando aquella mujer con nombre de demonio a la que también salvaste tú, a aquella mujer que ha sido motivo de vergüenza aun para muchos creyentes a lo largo de los siglos, a pesar de que la elegiste precisamente a ella -una prostituta pagana- para que formase parte de tu linaje. Al verte amándola a ella no puedo dejar de maravillarme. Si hubieses escuchado la opinión de los teólogos y políticos más respetables seguramente no habrías permitido que un nombre así estubiese tan relacionado con tu imagen. Pero tú no eres como ellos. A ti te guía la justicia y el amor verdaderos. Lo hiciste sin oirles a ellos. ¿Querrás amarme también a mi como lo hiciste con ella?.