Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2008

su extraña obra

Imagen
"que guarda el pacto y la misericordia" (Nehemías 1,5) Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guardas el pacto y la misericordia a los que te aman y guardan tus mandamientos, que no apartes tu mirada de nosotros en estos momentos. Señor como Nehemías, de nuevo vuelvo -sin haberlo buscado- a aquellas palabras tuyas que me recuerdan tu inmutabilidad y la conveniencia de ella: "Porque yo Jehová no cambio, hijos de Jacob, por eso no habéis sido consumidos". Ante la ligereza con la que hacemos los cambios nosotros, Señor, tú permaneces para siempre. Señor, Padre, no cambias en tu pacto, pero tampoco en misericordia. Alabado seas, pues siendo el más fuerte, grande y temible de todos los seres -aun mayor que cualquiera de los monstruos imaginados por la mente humana- no olvidas tampoco tu misericordia. Como la roca sirve a los naufragos de refugio en la tormenta así nos sostienes a nosotros, pequeños infieles y déspotas, que buscamos tu rost

¿te alabarán los muertos?

Imagen
"si vosotros pecareis" (Nehemías 1, 8) Y Señor, ¡cómo sabías que ibamos a pecar!. ¿Acaso podía ser de otra forma? No, no podía, ¡ibamos a pecar seguro!. Aunque quizá sí pensaste que podía ser en ¿mayor o menor "grado"?. Quizá era eso, pensaste que no ibamos a pecar tanto. De cualquier forma el castigo que habías anunciado a la desobediencia era duro, como indica aquello que recordaba Nehemías de "Y comeréis la carne de vuestros hijos, y comeréis la carne de vuestras hijas". Y cumpliste tu Palabra, Señor, al fin y al cabo es lo que nos hace seguirte, que tienes palabras de vida eterna. Lo sabemos por el autor de Lamentaciones, cuando dice por ejemplo: "Mira oh Jehová y considera a quien has hecho así. ¿Han de comer las mujeres el fruto de sus entrañas, los pequeñitos a su tierno cuidado?". Señor, tus profetas decían que tu pueblo había acabado creyendo que tú nunca traerías ese castigo. Lo conocían, lo aprendían de memoria desde pequeños, pero no

algo realmente nuevo

Imagen
"como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob" (Deuteronomio 29,13) Señor ante la desesperación a menudo nos engañamos a nosotros mismos pensando que lo que necesitamos es algo nuevo, algo realmente nuevo que no han descubierto aun los otros, cuando lo que realmente necesitamos es volver a lo que desde el principio nos dijiste. Esta mañana he visto que no le ocurrió eso a Nehemías, que al oir el lamentable estado de tu pueblo, después de llorar amárgamente, invocó tu promesa con aquellas palabras de "Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés". Sabemos que se refería a la última parte de Deuteronomío, a la ley, a la única revelación escrita hasta esa fecha. Y también sabemos que aún podía volver más en el tiempo hablando conforme a "como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob" (Dt 29,13). Gracias Señor porque no juegas con tu pueblo haciéndole creer que la respuesta está en lo que aun no conocemos, que le respuesta no está en el viento, que