algo realmente nuevo



"como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob" (Deuteronomio 29,13)

Señor ante la desesperación a menudo nos engañamos a nosotros mismos pensando que lo que necesitamos es algo nuevo, algo realmente nuevo que no han descubierto aun los otros, cuando lo que realmente necesitamos es volver a lo que desde el principio nos dijiste. Esta mañana he visto que no le ocurrió eso a Nehemías, que al oir el lamentable estado de tu pueblo, después de llorar amárgamente, invocó tu promesa con aquellas palabras de "Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés". Sabemos que se refería a la última parte de Deuteronomío, a la ley, a la única revelación escrita hasta esa fecha. Y también sabemos que aún podía volver más en el tiempo hablando conforme a "como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob" (Dt 29,13). Gracias Señor porque no juegas con tu pueblo haciéndole creer que la respuesta está en lo que aun no conocemos, que le respuesta no está en el viento, que no te escondes detrás de la apariencia de los tiempos, de complejos métodos a los que debamos llegar después de mucha investigacion, sino que te muestras invariable como una roca para un niño, como la piedra angular sobre la que podemos encontrar la estabilidad Padre. Gracias porque podemos con razón tenerte como el punto de referencia al que podemos volver la mirada cuando en nuestro pretendido ingenio nos hemos perdido en nuevas formas de hacer nuestra voluntad, queriendo hacer creer es la tuya. Entendemos que así volvió su mirada Nehemías, en el exilio, cuando tu templo y tu ciudad santa habían sido destruidos, y oró a ti arrepentido, recordando tus palabras: "Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiérais por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre" (Neh. 1, 8-9)

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