día del padre



Ayer, que como ya sabes era el día del padre, mientras Érika jugaba con la vaca bailarina en el asiento de atrás del coche, recordaba con temor lo que hace tres años había omitido intencionadamente en mis oraciones sobre mis lecturas de Nehemías -escritas al principio en este mismo blog. Recuerdo perfectamente que en mis oraciones omití los episodos relativos a las mujeres no judías que según los relatos de Nehemías y Esdras, en consecuencia al arrepentimiento del pueblo eran despedidas. Señor, las omitía, lo sabes bien, porque yo no quería despedir a la mía. Ahora, Padre, veo con más perspectiva que a pesar de lo desgraciado que me he sentido hasta el día de hoy por el mal que me ha sobrevenido hay algo por lo que puedo sentirme bienaventurado; y es que tú me proteges también de mi mismo y de mis propios errores, y que tú pones fielmente ahí donde a mi me falta. Te quiere, tu hijo.

Comentarios

mujerdetierra ha dicho que…
Cómo estás? hay alguna manera de contactar contigo? Un abrazo fuerte

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