padre




Padre nuestro, que estás en los cielos, muchos pueden pretender querer tener de padre a Fulano o Mengano pero lo cierto es que ser hijo de alguien es una categoría que solo puede ganarse involuntariamente. Así, involuntariamente, sólo por tu gracia, es que una vez te fijaste en nosotros para llamarnos hijos, y no digo ya una vez, sino que infinitas veces nos has buscado como a hijos amados allí donde nuestra testarudez nos había enredado con el mal, y allí, avergonzados, habiendo alzado a ti nuestros ojos hemos oido de tu boca cómo nos has llamado hijos. Señor muchas personas, sólo tú sabes cuántas, han sufrido lo que conocemos como malos padres, padres que no sólo no habrían ido a buscarnos a ningún sitio, sino que de buena gana se habrían librado de nosotros antes de que siquiera hubieramos respirado nuestro primer hálito. ¡Qué lejos de tu ejemplo han estado también ellos Padre!. Perdónales Padre porque no saben lo que hacen. Perdónanos a nosotros, Padre nuestro, por haber menospreciado tan a menudo nuestra condición de hijos tuyos y por lo tanto el beneficio que nos da saber que todo lo que necesitamos, Padre, tú nos lo das. Recuérdanos simpre tus palabras, entre las que no has omitido aquellas de: "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros ¿cómo no nos dará con él todas las cosas?"

Comentarios

Entradas populares de este blog

buscar lo sublime

Deseos

Marcos 4, 35-41